Este año la Asociación Mundial del Sueño (World Sleep Society) coloca la vara alta y nos recomienda un sueño de calidad para tener una mente sana y en consecuencia, vivir en el mundo de un modo feliz.
En la actualidad, el estilo de vida en sociedad que prevalece, nos fuerza a estar conectados las 24 horas del día los 7 días de la semana. En esta vorágine, no hay tiempo suficiente para dormir y nos autoconvencemos de que con 5 o 6 horas de sueño funcionamos bien. Sin embargo, me atrevería a decir que: “el sueño es la patología del siglo XXI” y la población de riesgo para ella son los niños y adolescentes. Tendencias como el “vamping tecnológico”, la “hiperconextividad,” no son patologías de sueño en un sentido estricto, pero sí generan privación del mismo, acarreando problemas de cronodisrupción, alteraciones metabólicas o en el rendimiento académico, entre otros.
En este contexto cobra relevancia, la importancia de tener un sueño de calidad para una mente sana y viceversa, “mens sana in corpore sano” reza el latinismo.
El sueño, al igual que la vigilia, es un proceso activo. Cada fase del mismo, sueño superficial, profundo y sueño de ensueño o REM, tiene un objetivo y propósito a nivel de cada sistema, cerebral, inmunitario, metabólico, cardiorrespiratorio. Es inevitable disociar el sueño de la vigilia, pues se condicionan y determinan mutuamente. La forma en que transitas tu día, las cosas que realizas, tu estado emocional van a condicionar tu sueño nocturno, es decir la facilidad (o no) con la cuál concilias el sueño, la presencia (o no) de desvelos y la forma en que despiertas por la mañana.
Consideremos a este ejemplo: si comparamos nuestro cuerpo con una ciudad, veras que hay una forma de funcionamiento muy similar. Las ciudades para funcionar necesitan: de un camión recolector de residuos que recoja los desechos, de personas que se ocupen de mantener o reparar plazas, espacios públicos, de aquellos que inspeccionen y reparen las calles que transitas. Todas estas acciones tienen lugar en el momento del día donde otras merman. El mantenimiento que estas representan, nos permiten transitar por la cuidad de un modo óptimo y a la vez disfrutarla.
En nuestro cuerpo, es el sueño quien mantiene a nuestros sistemas en optimas condiciones, permitiéndoles eliminar los desechos celulares y neuronales a diario favoreciendo así la comunicación celular y neuronal. El sueño, a la vez que clasifica la información que recibimos durante el día, nos ayuda a procesar emociones y resolver problemas.
Te has preguntado por qué los paros de los recolectores de residuos se resuelven relativamente rápido. La basura molesta, genera caos y dificulta la circulación tanto en una ciudad como en tu cerebro. Cuando no duermes lo que necesitas, lo que sería igual al paro de los recolectores, los desechos se acumulan. Por ello es normal que te sientas cansado, con ideas poco claras, te cueste enfocarte en las tareas y procrastines más de lo habitual. Si eres padre, es probable que le tengas menos paciencia a tu peque o saltes como una chinche cuando tu hijo de 3 años te pregunte por cuarta vez “¿y por qué?”.
Por eso, quiero motivarte a que durante 2022 el sueño esté en tu lista de prioridades y así lograr un sueño de calidad para tu familia y para ti. Para ello es necesario aprehender a dormir bien.
Te preguntarás, ¿acaso ya no se dormir?
Aunque es verdad que la acción de dormir la desarrollamos desde el vientre materno, y por ende no necesitamos aprender la mecánica de dormir. Si necesitamos tomar conciencia de la importancia del sueño, generar rutinas de higiene de sueño y construir hábitos de sueño saludables desde las primeras etapas del desarrollo de tu peque para que al llegar a la adolescencia (y de ahí en más) pueda relajar su rutina las veces que quiera pero entendiendo qué sucede en su cuerpo e identificando cuándo es momento de dormir.
Si podemos educar en la construcción de hábitos de sueño saludables y tener un sueño de calidad. Para ello, me permito compartirte unos tips para alcanzarlo:
- Da igual importancia al momento de vigilia y de sueño. Utilizando como guía los ritmos naturales, día = luz brillante = actividades, juegos, paseos versus tarde-noche = luz naranja-oscuridad = momento de desconexión, calma, compañía y sueño.
- Procura momentos al aire libre a diario, en especial por la mañana.
- Identifica cuánto necesitas dormir tú y tu peque. Cómo, observando su humor al despertar, cambios en el apetito, si despierta espontáneamente la mayoría de los días, nivel de energía durante el día.
- Crea una rutina de sueño predecible para ti y tu peque. Procura que la secuencia sea la misma y adáptala a su edad y necesidades.
- Establece horarios regulares de comidas, y separa concretamente la cena del momento de cama.
- Evita el uso de aparatos electrónicos (celulares, tablets, computadoras) al final del día y concretamente, en las habitaciones.
Recuerda, siempre puedes hacer algo para mejorar los hábitos de sueño de tu familia. Si necesitas ayuda no dudes en contactarme.
Puerto Soñar, tu punto de partida para el buen descanso familiar.
