Si llevas meses amamantando puede que en algún momento asocies tu mal descanso con la frecuencia de las tomas nocturnas, percibiendo el destete nocturno como una solución a tu falta de sueño. En estos casos, al estrés e irritabilidad generado por la fragmentación del sueño se le suma las valoraciones de tu “radiomente” con pensamientos del tipo: “qué estoy haciendo mal, esto es agotador”, “no debí de continuar con la lactancia” o “la lactancia es lo mejor para mi peque, debo continuar”.
Entonces cabe preguntarse acerca de: ¿en qué momento una situación tan placentera e intuitiva como amamantar se percibe como un problema?
Para dar respuesta a esta pregunta, comencemos por señalar que la lactancia materna está fuertemente marcada por los patrones socioculturales de cada país. A modo de ejemplo, la mayoría de las madres de países occidentales no están seguras de amamantar a sus hijos después de los seis meses de edad. Atento a ello, es que surgen cuestionamientos tales como: es adecuado que mi hijo quede dormido al pecho, le estoy creando un buen hábito de sueño a largo plazo.
Más aún, muchos padres (presionados por familiares, amigos e incluso el personal sanitario) asumen que su hijo debe dormir de corrido toda la noche alrededor de los seis meses. Si esto no ocurre, algo suele andar mal con ellos o sus pequeños. En algunos casos, la cesación de las tomas nocturnas o la introducción del biberón con leche de fórmula prometen ser la solución a las noches de sueño interrumpido.
Sin embargo, considera que desde 2004, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha extendido su recomendación de lactancia materna hasta, al menos, los 2 años de vida, contemplando que el desarrollo cerebral del infante es crítico y acelerado durante ese período.
Lamentablemente, esta recomendación (y otras) no llegan frecuentemente a los padres desde los centros asistenciales. De esta manera, se genera una brecha entre la información que los papás poseen y la que requieren, dejándolos sin el conocimiento necesario para tomar decisiones conscientes en lo que respecta a la evolución natural de la lactancia y el sueño del bebé.
Es en este sentido que, cuándo la lactancia nocturna se percibe como un problema, las soluciones suelen tornarse blanco o negro (destete sí o desteto no), siendo difícil visualizar una alternativa que se adapte a las necesidades de tu peque y tuyas.
Claro está que, en situaciones dónde el desenvolvimiento diario de la mamá se encuentra afectado y el vínculo con su pequeño también, es probable que una intervención activa de destete nocturno le permitiría a la mamá recuperar horas de sueño, tener más energía y, por ende, empoderarse en su rol maternal. Sin embargo, en la mayoría de los casos se puede optar por un camino que se adapte a las necesidades de la diada mamá-bebé y de la familia.
Antes de enfocarnos en posibles alternativas de destete nocturno, considero importante abordar aspectos relevantes sobre el sueño y la lactancia. Cuando las madres (y los padres) están informados y se dan cuenta de que la lactancia nocturna tiene un sentido natural, suelen sobrellevar mejor el sueño interrumpido.
ENTENDIENDO EL CURSO NATURAL DEL SUEÑO Y LA LACTANCIA, MÁS ALLÁ DEL BLANCO Y NEGRO
Lo primero y más importante, el sueño y la lactancia van de la mano. Se retroalimentan. Cuando la díada mamá-bebé duerme, la leche es de mejor calidad y sus componentes se modifican para favorecer el sueño nocturno, por lo que amamantar durante la noche es beneficioso para ambos.
En segundo lugar, hay que tener claro que la leche materna es un alimento altamente saciante. Es el bebé quien regula la frecuencia y la duración de las tomas a medida que crece. Un recién nacido puede lactar a cada hora o cada tres horas tanto durante el día como la noche hasta saciarse, pero una vez que ha entendido el mecanismo y su succión es más efectiva, las lactadas se espacian y son de menor duración.
Cabe observar que, a pesar de que la fisiología materna está diseñada y adaptada para amamantar, existen etapas críticas del desarrollo de tu peque durante las cuáles las tomas nocturnas serán más frecuentes. También es posible que tu peque colme su necesidad de contacto físico con la succión constante, si es que esta es su principal forma de calmarse o continuar durmiendo.
Generalmente, a medida que el pequeño crece (en especial a partir de los 6 meses) la lactancia nocturna no genera inconvenientes en las madres cuando se amamanta entre 1, 2 o hasta 3 veces durante la noche. El conflicto suele aparecer cuando los episodios se transforman en 7 u 8.
Este es un problema que enfrentas tú y otras mamás cada vez que su peque despierta por la noche y solo reconoce el pecho como única forma de conciliar el sueño nuevamente.
DESMITIFIQUEMOS EL DESTETE NOCTURNO
Con vistas a clarificar tus perspectivas sobre el sueño de tu bebé, el tuyo propio, su lactancia y posible destete, me he propuesto analizar una serie de mitos que son de habitual consulta por las familias.
Mito 1: “si desteto por la noche, mi peque dormirá de corrido”
NO. El sueño se genera en ciclos de 45 a 120 minutos dependiendo de la edad. Los despertares nocturnos ocurren durante la transición de un ciclo de sueño al siguiente.
Por ello, es normal que tu peque y tú tengan despertares o microdespertares durante la noche. Los despertares continuarán sucediendo, aunque retires las tomas nocturnas.
Mito 2: “le doy un biberón con fórmula y tira más horas”
NO. La evidencia científica demuestra que no existe diferencia significativa en la frecuencia de los despertares nocturnos entre los infantes que son amamantados y los que toman leche de fórmula.
En ambos casos, es mediante la succión que tu peque concilia el sueño nuevamente. Por ello, pasar al biberón con fórmula podría ser un esfuerzo en vano a mediano plazo.
Mito 3: “mi peque lacta toda la noche”
NO. Los peques, en especial los menores de 1 año se despiertan por la noche para lactar porque lo necesitan. La cantidad de despertares van a variar dependiendo de las necesidades alimenticias de cada peque. La gran mayoría mamará entre 1 y 4 veces por noche.
Sin embargo, cuando la succión es la única forma que tu peque reconoce para calmarse y cubrir sus necesidades de contacto físico, esta se vuelve constante durante la noche. En este sentido, entre los 6 y 12 meses de nacido, tiene lugar un período crítico, ya que suelen demandar mucho y tu cansancio es mayor.
Considera que, durante este período tu peque está afrontando desafíos emocionales (angustia de separación, inicio de alimentación complementaria) y físicos (preparación para la bipedestación). Por lo que, realizar un destete nocturno durante esta etapa, si no se aborda como un proceso respetuoso, puede ser muy desgastante para la diada mamá-bebé.
Mito 4: “mi peque llora y no quiere dormirse con su papá en los despertares”
Esta situación es frecuente en aquellas familias en las que el papá tiene un rol “comodín” respecta al sueño del peque. Es decir, el padre participa marginalmente en lo que refiere al sueño del bebé.
Lo que suele ocurrir en estos casos, es que el peque no está acostumbrado a la presencia del papá durante su hora de cama. Su rechazo suele intensificarse si el peque se ha dormido por primera vez con su mamá en el pecho y al despertarse, quien acude es el papá.
Durante un despertar nocturno es natural que tu peque quiera seguir durmiendo. En esa situación, tu peque no está en condiciones de aceptar dormirse de una forma diferente a como lo hizo la primera vez, por ello el papá resulta un elemento extraño que distorsiona su sueño.
Considera además que, aún en aquellos casos donde el papá ocupa un rol activo en el sueño del peque, existen situaciones puntuales (enfermedad, inicio del jardín, nacimientos) en las cuales pese al estrecho vínculo paternal, es probable que el peque pida ser acompañado por su mamá.
Ahora que hemos echado por tierra algunas creencias, podemos ver cuáles son las condiciones óptimas para abordar el destete nocturno de tu peque.
ACONDICIONA EL TERRENO ANTES DE ENFOCARTE EN EL DESTETE NOCTURNO.
Para poder abordar el destete nocturno de un modo respetuoso, partamos de una premisa: el sueño nocturno se construye durante el día. Atento a la forma en que tu peque transita el día, encontraremos las claves para abordar el sueño nocturno en general y el destete en particular.
En base a esa premisa, considera las siguientes preguntas y observa el día de tu peque:
- ¿Cuántas siesta realiza? ¿En qué momento del día?
- ¿Cuál es su aporte calórico diurno? ¿Es acorde a su edad y desarrollo? ¿Con qué frecuencia mama durante el día?
- ¿Cuánta atención y contacto físico (momentos con mamá y/o con papá) recibe tu peque durante el día?
- ¿En qué etapa de su desarrollo se encuentra?
Complejizando la lectura de la situación a la cual te enfrentas con tu peque, entiendo que tomar conciencia de tu situación personal y familiar te permitirá reconocer si es el mejor momento para avanzar en el proceso de destete nocturno.
Para ello, me permito sugerir una serie de preguntas para reflexionar la mamá y la familia:
- ¿Cuál es la motivación de la madre? ¿Cuál sería el mejor escenario para ti?
- ¿Cuentas con apoyo de otro cuidador cercano a tu peque para llevar adelante el proceso?
- ¿Es el momento adecuado a nivel familiar (mudanzas, inicio de guardería, regreso al trabajo o enfermedades suelen ser momentos poco propicios para el destete)?
- ¿Cómo gestionas los momentos de crisis o llanto de tu peque durante el día? ¿sueles ofrecer el pecho para calmarlo?
POSIBLES SOLUCIONES PARA ACOMPAÑAR Y ABORDAR DE FORMA CONSCIENTE EL DESTETE NOCTURNO.
Puede que a esta altura coincidamos en que al menos hasta su primer cumpleaños tu peque necesitará alimentarse 1, 2 o 3 veces. Estos despertares estarán asociados a su necesidad alimenticia, pero no quiere decir que sean los únicos.
Por otro lado, déjame decirte que si ya has realizado todos los cambios necesarios durante el día (modificar horarios de siesta, aumento del contacto físico, etc.) y tu peque continúa despertando frecuentemente por la noche, conciliando el sueño solo con el pecho; eliminar las tomas nocturnas puede ser una solución para que la mamá recupere horas de sueño y energía.
En este caso, la clave del proceso estará en procurar acompañar a tu peque a que aprenda a dormirse sin succión.
Permíteme observar que es importante no cambiar una forma de dormir por otra que continue resultándote incómoda. No sustituyas el pecho por el biberón, o el pecho por paseos en cochecitos o interminables caminatas por la casa.
Una opción válida puede ser, primero dar el pecho a tu peque en un sofá, en un ambiente tranquilo y con luz tenue, para luego llevarlo a su cama tumbarte al lado de él y acompañarlo a dormirse. Recuerda anticipar a tu peque lo que sucederá (independientemente de su edad). A modo de ejemplo: ahora vamos a dormir, mami o papi estarán contigo, pero mami no te dará el pecho. Le puedes decir que ya ha tomado y darle la oportunidad de que despida del pecho.
El proceso será intenso emocionalmente para la diada mamá-bebé y quien haga de soporte de la mamá. Considera que el bebé protestará más o menos, dependiendo de la edad y su temperamento.
Dada la intensidad del proceso, creo conveniente que ambos padres sean sinceros respecto a la situación y a la posible reacción del peque. Nadie mejor que los padres para conocer el temperamento y posibles reacciones del pequeño frente a un cambio como este.
Asimismo, es importante que consideres contar con herramientas para sobrellevar los momentos de mayor tensión durante el proceso[1]. Una opción puede ser enfocarte en tu respiración y confiar en tus recursos (palabra hablada, canciones, caricias, balanceo, etc.). Tu eres la referencia, si dudas de lo que haces o estás intranquila tu peque también lo estará.
La psicóloga y asesora en lactancia Sibylle Lüpold, refiere en uno de sus artículos:
“Para poder acompañar durante el destete nocturno a su hijo como un «puerto seguro» los padres deben mantener la vinculación con el niño. Si el anclaje de los padres se pierde, si su seguridad interior desaparece, el niño también se queda sin sujeción. Un niño NO está traumatizado si se le acompaña en su llanto con un acompañamiento afectivo”. “También puede ser una experiencia positiva para una familia soportar juntos una crisis. Si los niños experimentan un «no» de sus padres, pero siguen siendo acompañados amorosamente, también pueden aprender que una «no satisfacción» de sus propias necesidades por parte de los demás no tiene por qué ser una retirada de amor. En la medida de lo posible, se debe permitir a los niños expresar todas sus necesidades y emociones.[2]
CONSIDERACIONES FINALES
Finalmente permite realizar una serie de consideraciones que completarán la perspectiva al momento de realizar el destete nocturno:
- Si deciden abordar el proceso de destete nocturno es importante que sean consistente en la forma de acompañar el sueño del pequeño. Las primeras 2 a 4 noches serán las más difíciles, por lo que es necesario decidir un curso de acción y mantenerse firme (aunque de manera amorosa) en ello.
- Procura que tu peque llegue predispuesto a la hora de cama y haz el mayor esfuerzo en ese momento. Él estará más receptivo a entender que a partir de ahora se dormirá de otra forma.
- Cuenta con el apoyo de otro cuidador para alimentar (o contener afectivamente) a tu peque las veces que sean necesarias durante la noche.
- Nada es permanente, no te mortifiques. Si es necesario o lo consideras conveniente, puedes volver a la condición anterior.
- No tienes porque hacerlo sola, pide ayuda profesional. Cada caso requiere su abordaje y acompañamiento específico.
El sueño es un proceso madurativo y la lactancia una acción instintiva, el destete puede transcurrir con naturalidad y sin culpa si lo abordamos de un modo acorde a las necesitades de tu peque y tuyas.
Estaré encantada de acompañarte en este proceso y si consideras que este camino no se adapta a tu forma de crianza se pueden buscar otras opciones que te permitan mejorar tu descanso. Puedes agendar una consulta para conocernos aquí: https://puertosonar.com/agenda-una-sesion/
[1] Considero oportuno preguntarte: ¿conoces estrategias para mantener la calma en esos momentos?
[2] https://www.still-lexikon.de/nachts-abstillen/